

Familiares, colegas, amigos y cientos de seguidores de
Mario Escobar se reunieron ayer en el teatro
San Martín para despedir sus restos, los de su esposa,
Ana María Saleme, y los de su hijo
Mariano. A media mañana, cuando se había confirmado que el principal coliseo de la provincia sería el sitio del velatorio de las víctimas del trágico choque del jueves a la noche, se inició un incesante desfile de tucumanos que querían dar su
último adiós a Escobar. El dolor se reflejó en el rostro de todos los que participaron de la ceremonia, que se realizó a féretro cerrado y duró casi ocho horas.
Pasadas las 20, el cortejo fúnebre partió con destino al cementerio
“Jardín del Cielo” El trágico accidente que protagonizó la familia Escobar se produjo sobre la ruta 9, a metros de la entrada a Tapia. La camioneta Isuzu en la que Mario, su esposa y su hijo volvían a la provincia luego de visitar
Cafayate chocó de frente contra un camión, explotó y se incendió.Luego de que se practicaron las autopsias en la morgue judicial, los cuerpos de las víctimas fueron trasladados al teatro, alrededor de las
12.30 de ayer. De inmediato, se ofició una misa de difuntos. “Se ha ido de Tucumán una voz con la que se identificó toda la provincia”, señaló en la homilía el
sacerdote Marcelo Baronese.
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