Nada se pierde, todo se transforma: Un cuestionado ex gobernador desembarca en la Secretaría de Energía. Se trata de Julio Miranda, quien llega a la oficina de Daniel Cameron como premio a su lealtad K. Ex gobernador de Tucumán, durante su gestión eludió var ios juicios políticos, uno de ellos por la muerte de niños por desnutrición.Premios y castigos. Es la lógica del kirchnerismo. La desobediencia y el desafío serán causas del ninguneo, del sometimiento, de la humillación. En cambio, la lealtad será gratificada tal vez con fondos. Tal vez con una obra. Tal vez con un cargo. Esto último puede ser ejemplificado con el caso del senador saliente y ex gobernador de Tucumán Julio Miranda. En un artículo publicado el 9/10 en el diario La Nación se daba cuenta de las negociaciones que mantuvo el propio Néstor Kirchner con distintos senadores en búsqueda de la aprobación inmediata de la Lay de Medios. En esa nota se consignaba que a Miranda, hombre que llevó a José Alperovich a la gobernación tucumana, "le habrían ofrecido ayuda para mantener la vicepresidencia de la Obra Social del Sindicato Petrolero y un futuro cargo oficial". Hoy sabemos, según publica el sitio tucumano 24HT, que ese "cargo oficial" se encuentra en la Secretaría de Energía que dirige Daniel Cameron. ¿Pero quién es esta persona muy ligada al sindicalismo petrolero? Cuenta Ramiro Garrocho en una columna del sitio 24HT: "Miranda es un caso paradigmático de la dirigencia tucumana. Surgido en el sindicalismo, llegó a ser un referente nacional en el gremio petrolero pese a haber surgido en una provincia en la que el “oro negro” sólo se encuentra en las fotos. Mostró sus condiciones de referente deportivo cuando, desde la presidencia del club Atlético Tucumán, provocó un incidente con un árbitro tras un partido polémico. Luego de esa noche, el decano pasó de pelear el ascenso a primera con Chacarita a jugar el Argentino A, sin solución de continuidad. Fue electo gobernador cuando ni el mismo creía en el triunfo, en una votación que se cocinó a la madrugada – antológica frase de Ricardo Bussi, su principal opositor, quien dijo que se fue a dormir gobernador y amaneció derrotado-. Soportó la crisis del 2001, la caída de un presidente de la Nación y el escándalo por la muerte de 23 chicos por desnutrición que puso a Tucumán ante los ojos del mundo. Contra la voluntad de casi todos los peronistas impuso a José Alperovich como su ministro de Economía, luego le dio la posibilidad de ser senador por el PJ cuando apenas llevaba meses de afiliación, y finalmente lo apoyó en su postulación a gobernador en 2003. Pese a ello, recibió el escarnio público de su otrora pupilo, que eligió despegarse de quien llegó a ser senador con una exigua cosecha de votos y tras ser derrotado por el bussismo.
Miranda deja de ser un protagonista de la política nacional justo cuando el sindicalismo más rancio vive tiempos complicados. El ahora ex senador es de la escuela de los Zanola, de los Moyano y de muchos de aquellos que difícilmente podrían justificar su patrimonio con los sueldos que han percibido en su vida laboral en defensa de los trabajadores. Suena a relato de realismo mágico, pero el mirandismo es la representación de una etapa institucional de Tucumán que marcó más de un década y que aún se mantiene viva en varios frentes. Muchos de los actores que acompañaron al ex gobernador, están reciclados en el alperovichismo. Para ellos, la lógica política sigue siendo aquella en la que sólo vale mantener el poder y favorecer a los amigos".
Gracias a su llegada al matrimonio presidencial de la mano de Alperovich, uno de los gobernadores favoritos de la Casa Rosada, Miranda pudo lograr importantes beneficios para el club de sus amores. Informó el sitio Canchallena.com en un artículo del 29/9: "el club del cual es hincha el gobernador José Alperovich fue uno de los más beneficiados con dinero del Estado. Recibió $ 3.555.000 en dos años. Un poco más de lo que percibió San Martín, que obtuvo $ 3.450.000. Todo salió publicado en el Boletín Oficial. La última ayuda para Atlético con fondos estatales fue el 22 de enero pasado. Mediante el decreto 3/2009, Alperovich repartió un millón más. La relación del gobernador con Atlético es aún más estrecha. La barra brava del Decano, apodada "La inimitable", festejó el ascenso a primera división desde los balcones de la Casa de Gobierno. Además, el presidente del club, Mario Leito, fue su compañero en el gabinete del ex gobernador Julio Miranda, y el vicepresidente, Roberto Jiménez, es actual secretario de Trabajo". La gestión de Miranda al frente del Ejecutivo tucumano no fue ajena a la mirada de la Justicia. Aunque tuvo mucha suerte y pudo eludir 3 juicios políticos en sólo un mes durante el 2002. Las acusaciones: abandono de persona e incumplimiento de los deberes de funcionario público, como principal culpable del estado de deterioro de la salud pública y de los recientes fallecimientos de niños por desnutrición o por enfermedades directamente relacionadas con la pobreza; presunto pago de coimas a los 27 legisladores que habilitaron que se reforme la Constitución provincial y se incluya la reelección. Estos son algunos de los antecedentes del nuevo miembro de la Secretaría de Energía. De esta forma Julio Miranda extenderá su "vida pública" a pesar de haber prometido "abandonar la política" tras terminar su mandato como gobernador. Es como la energía: no se pierde, se transforma.
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