19 abr 2010

NACER EN MONTEROS ES UN PARTO


La maternidad está cerrada y las parturientas deben viajar hasta San Miguel para su atención. Nacer en Monteros, ciudad de casi 30.000 habitantes, situada 53 kilómetros al sudoeste de esta capital, sólo se puede lograr en una vivienda privada, pero no en el hospital General La Madrid, el establecimiento sanitario público de más alta complejidad del interior tucumano. La decisión de cerrar la maternidad se tomó "en respuesta a disposiciones de seguridad para el nacimiento de las personas emanadas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)", según explicó la directora del establecimiento, Lorena Málaga."Las cosas no se hacen como quieren los médicos ni los pacientes, sino como deben ser", destacó la funcionaria.

De esta forma, salió al cruce del malestar de los vecinos de la localidad, que se quejan no sólo de los inconvenientes que implica el hecho de que los nacimientos deben ser derivados a la vecina ciudad de Concepción (25 kilómetros al sur de Monteros) o directamente a la capital provincial.
Menos monterizos
La gente se refiere no sólo a los problemas que la situación les provoca a las parturientas y a sus parientes, que deben trasladarse a centros asistenciales lejos de sus casas, sino también porque ahora en esa ciudad prácticamente no hay chicos monterizos.
"Al nacer en otras ciudades, los bebes deben ser inscriptos allí. El cierre de la maternidad nos trajo muchos problemas", comentó Patricia Quilpidor, habitante de Monteros.
Lorena Avila acaba de tener a su pequeño hijo y padeció el traslado a Concepción.
"Vine a que me atendieran aquí, pero me derivaron a Concepción. Me resultó todo muy complejo, pues llegué allá y no sabían si iba a quedar internada, porque en principio no había camas disponibles. Entonces esperé y luego, por suerte, me asistieron", contó.
Según dijo, no son pocos los casos en que las parturientas son derivadas a Concepción y de ahí, por falta de camas, son trasladadas hacia la maternidad de la capital provincial.
En definitiva, terminan recorriendo más de 100 kilómetros por la ruta nacional 38, denominada "ruta de la muerte" a causa de los elevados índices de accidentes de tránsito que registra.
"No sólo es el problema de estar internada lejos de casa, sino también los gastos por traslados y estadía de los parientes que nos acompañan", relató.

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