La Presidenta reprendió a la policía en pleno cortejo fúnebre. Se bajó del auto para pedirles a los oficiales que la custodiaban que no golpearan a los manifestantes que acompañaron los restos de Kirchner hasta Aeroparque. Habían pasado pocos minutos de su salida de la Casa de Gobierno e iniciaba su camino hacia el Aeroparque, desde donde se trasladaron los restos de Néstor Kirchner a Santa Cruz. Una multitud acompañaba el recorrido del cortejo e intentaba acercarse al coche fúnebre para dar su último adiós al ex presidente. Sorpresivamente, Cristina Kirchner se bajó del auto y reprendió a la policía que la custodiaba y que intentaba despejar la zona entre empujones, forcejeos y golpes. Fue en la avenida Leandro N. Alem, entre Perón y Mitre. En medio del generalizado asombro, empezaron los aplausos a la jefa del Estado y las muestras de apoyo y agradecimiento. "Fuerza Cristina", le gritaban aquellos que pudieron verla aunque sea unos segundos. En ese momento, muchos agradecieron el gesto e incluso la animaron para que siga reprendiendo a los oficiales. Varios de ellos se habían puesto violentos.
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