La compañía de las pulseras de silicona deberá indemnizar con 57,4 millones de dólares a un grupo de clientes por publicidad engañosa. Ante esta situación, presentaría su quiebra ya que no podría afrontar la millonaria multa. La empresa Power Balance, que irrumpió en el mercado en 2009 ofreciendo unas pulseras de plástico con supuestos efectos beneficiosos para la salud, estaría al borde de la quiebre ya que deberá indemnizar con 57,4 millones de dólares a un grupo de consumidores estadounidenses que presentaron una demanda por publicidad engañosa. De acuerdo a lo publicado por la página web TMZ, la compañía se va a declarar en bancarrota alegando su imposibilidad para afrontar la millonaria multa. El producto en cuestión, una banda de silicona o neopreno con un holograma, se vendía con la promesa de que equilibraba la energía natural del cuerpo y fue utilizada por varios personajes famosos. El proceso contra la compañía se inició en enero pasado en Estados Unidos, cuando un grupo de consumidores presentaron una demanda colectiva al sentirse engañados y argumentaron que el objeto "no tenían más poder que el que se puede esperar de un simple trozo de goma". Los fundadores de la firma, los hermanos Josh y Troy Rodarmel, reconocieron, luego de varias polémicas, que "el equilibrio, la fuerza y la flexibilidad" atribuidos al producto no tenían base científica. Además, debido a que no pudieron probar los efectos de la pulsera aceptaron haber incurrido en conducta engañosa penada por las leyes. Igualmente pidieron disculpas y ofrecieron un reembolso completo.
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