El ex bajista de Memphis recordó a su colega y habló del accidente. "Se iba a radicar en Córdoba, porque quería cuidarse". La trágica e inesperada muerte de Adrián Otero conmocionó a sus ex compañeros de Memphis La Blusera, que actualmente continúan su carrera musical bajo el nombre de “Viejos Lobos”, frase que era frecuentemente utilizada por el líder del extinto grupo para definirse a sí mismo. Daniel “El Ruso” Beiserman, bajista y cantante de la banda que formaron los ex Memphis, expresó su dolor y sorpresa por lo sucedido. “Es una desgracia, todavía no caigo ni puedo digerir la manera tan tonta en que vino a ocurrir esto”, aseguró. Daniel Beiserman (centro) junto a los Viejos Lobos. El músico de blues se enteró de la triste noticia por un familiar que tiene en Córdoba, quien también le comentó que – al parecer – el accidente de Otero se habría provocado “cuando se agachó a prender un cigarrillo con el encendedor del auto”. “Tantos años de gira, subidos a micros y aviones, y ahora viene a pasar esta tontera”, expresó. Al mismo tiempo, dejó en claro que el motivo por el que su colega se encontraba en esa provincia no era laboral, sino personal. “Se estaba por radicar allá, porque se estaba cuidando”, dijo, en referencia a la recuperación de sus adicciones. “Lo vi en ‘Soñando por Cantar' – su última aparición televisiva – y estaba muy bien. Es una pena, porque era muy joven”, destacó. Ahora, el artista dice estar “preocupado” por Julián, el hijo de Otero, que acompañaba a su padre como baterista durante sus shows en solitario. “Hablé con la ex mujer de Adrián y me comentó que están viajando a Córdoba con Julián y con su cuñado – el hermano menor del músico –, para hacer los trámites y traer el cuerpo”, explicó. Beiserman al lado de Emilio Villanueva, otro exponente de los ex Memphis.
Beiserman contó que conocía a Otero desde los 18 años, cuando se juntaban en la pizzería “El Universal” de Floresta, que inspiró el inolvidable tema “Moscato, pizza y fainá”. “Era un centro de reunión para muchos músicos y rockeros. Él venía de Mataderos, nos hicimos muy amigos y empezamos a componer juntos. Después, se fue a Europa y, cuando volvió, la banda ya estaba formada”, recordó sobre aquellos “años de juventud en los que no importaba nada”. Aunque por ese entonces Beiserman era la voz del grupo, decidieron aprovechar el regreso de Adrián y cambiar, porque “él tenía un ida y vuelta con el público mucho más piola que yo”, reconoce. Así, permanecieron juntos hasta 2008, cuando Otero decidió irse para continuar como solista. El bajista admite que “desde la separación de Memphis, no tenía mucha relación con él”, pero prefiere “tener recuerdos lindos” a pesar de que siguieron caminos distintos. “Fuimos muy amigos hasta que tomó la decisión. En ese momento, yo tenía algunos problemas personales, así que no discutí ni traté de convencerlo. Le dije que hiciera lo que le pareciera mejor y le deseé suerte”, rememora. La última vez que lo vio en persona fue en diciembre de 2007, durante los trámites para disolver la sociedad que ambos tenían junto al saxofonista Emilio Villanueva. Además, Beiserman habló del amor de su colega por el club Vélez Sarsfield. “Cada vez que veamos a Vélez, lo vamos a recordar. Él era el hincha más conocido, después de Jorge Guinzburg. Yo soy de Boca, pero siempre nos tratábamos con respeto, porque a los dos nos gustaba mucho el fútbol. También nos juntábamos para ver las peleas de la época gloriosa del box, con ‘Sugar Ray’ Leonard o ‘Mano de Piedra’ Durán”, rememora.
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