Datos negativos confirman la desaceleración del crecimiento económico. Las ventas de autos cero kilómetro cayeron en junio un 12 por ciento y registraron la peor baja en los últimos 3 años. El comercio con Brasil se derrumbó, ya que las exportaciones disminuyeron 30%. La recaudación impositiva crece menos que la inflación. Ya no sólo las polémicas medidas anticíclicas realizadas por el gobierno nacional y los trascendidos de cierres de empresas y suspensión de personal son las únicas señales sobre el ralentizamiento de la economía. Ahora, con los últimos números "duros" difundidos, se confirma la tendencia negativa en varios rubros que han sido símbolos del "boom" productivo de los años precedentes. En primer lugar, aparecen las caídas en las ventas de los vehículos cero kilómetro. Según un informe realizado por la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA), se registraron 68.997 unidades nuevas, lo que significa una retracción del 12,1% en junio. De esta forma, mientras el patentamiento de automóviles disminuyó 10,5% en comparación con los niveles de un año atrás, el de las pick up lo hizo 17,1% y el agregado de camiones y buses 19,7 por ciento. Las causas de las caídas se deben a problemas de “stock”, fundamentalmente, pero también a un freno en las inversiones sobre todo en los últimos rubros señalados (camiones y buses). Por otro lado, otro indicador clave es la caída del comercio con Brasil. Un relevamiento realizado por la consultora abeceb.com, reveló que las exportaciones declinaron 30% y las importaciones 34% en comparación con los niveles de un año atrás. Así, el resultado comercial de la Argentina con Brasil arrojó en junio un resultado deficitario de u$s262 millones, que fue inferior en 46,6% en relación a igual mes en 2011. Finalmente, otra estadística que nos reafirma el freno económico refiere a la recaudación tributaria. En este caso, los ingresos percibidos por la administración nacional fueron de un 20%, número que está por debajo de la puja inflacionaria y el aumento de los precios. Salvo para el rubro IVA-DGI, que acusó un incremento de 43,5%, la mayoría de los componentes de los recursos tributarios tuvieron un crecimiento inferior al de la tasa media real de inflación que midieron las consultoras privadas y varias direcciones provinciales de estadísticas. Hay muchas interpretaciones sobre las razones de esta merma en el desenvolvimiento productivo. En opinión del economista Juan Llach, la caída de la actividad refiere tanto a factores externos como internos. "El factor externo tiene que ver con esta situación (de desaceleración), pero también hay una gran confusión de la gente respecto del futuro y cuál va a ser la política económica, y que todo esto se acentuó a partir de la sucesión de medidas tomadas a partir de octubre del año pasado", explicó en Radio 10. Por otra parte, señaló que los volúmenes actuales de gasto público se vuelven una carga, pasado determinado punto, que terminan afectando la inversión productiva. "La Argentina tiene un gasto público del orden del 46% del PBI, esto es mayor que el de Alemania, el de Inglaterra, más que en muchos países desarrollados; este nivel de gastos es muy difícil de financiar; desde el lado fiscal vamos a ver malas noticias y una de ellas va a ser la obra pública, lo que va a acentuar la caída de la inversión", dijo Llach. Sin embargo, indicó también qué factores pueden colaborar con la situación. "El contrapeso de estas tantas malas noticias puede ser el precio de los commodities, especialmente la soja, que tiene margen para seguir subiendo y marcar precios récords". Aunque estableció que los ingresos producto de la venta de la oleaginosa “no son suficientes para solucionar el problema”. Ahora bien, el economista aseveró que "si no se empiezan a desarmar algunas de las medidas que se tomaron desde octubre, va a ser difícil realmente cambiar las expectativas; ojalá que esto se perciba (en el Gobierno) y se actúe en consecuencia".
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