9 oct 2012

U$S 300.000 MILLONES EN PLANES SOCIALES

LOGROS Y CUENTAS PENDIENTES DEL GASTO SOCIAL DE U$S 300.000 MILLONES DESTINADO A MISIONES BOLIVARIANAS. Fueron 7.444.082 los votos que obtuvo Hugo Chávez el domingo. El 54,84% del total. Después de catorce años en el poder, ¿cuál es el hechizo que le permite mantener consigo a más de la mitad de Venezuela? ¿Es a pura «petrobilletera»? ¿Es por la cooptación que un partido hegemónico, el PSUV, hace de todos los estamentos de un Estado elefantiásico? ¿Cómo logra Chávez blindar su voto de modo que la oposición no lo pueda penetrar?. Chávez se ocupó de mí: le debo esta movilidad a mi comandante», dijo Gabriel Sánchez, de 29 años y analista en Administración de Riesgo a Ámbito Financiero. El encuentro se produjo el jueves último, bajo la lluvia, en el acto de cierre de campaña en el centro de Caracas y la movilidad a la que se refería no era sólo la de su silla de ruedas. Estudió en una de las 22 universidades inauguradas en el período chavista, se trató su parálisis y lo sigue haciendo en los CDI (Centros de Diagnóstico Integral), y, sobre todo, se sintió integrado al proyecto chavista. Gabriel Sánchez vive en Caucagüita, uno de los «barrios» del este de Caracas, en el estado de Miranda (del que Henrique Capriles fue gobernador). Caucagüita forma parte del Petare, el barrio «de emergencia» más grande de Latinoamérica y seguramente el más tenido en cuenta por los estrategas políticos y sociólogos locales: en sus casas de ladrillo y bloques moran 1.600.000 almas. A partir de 2003 fueron instalándose allí y en otras áreas del país, las «misiones» (planes sociales) de Chávez, administradas por los ministerios del área correspondiente, pero controladas a «nivel popular» desde los consejos barriales. El poder para «el pueblo»: otra manera de hacer sentir incluidos a venezolanos que, hasta la llegada del teniente coronel a la presidencia, nunca se habían sentido parte. Así, las misiones Robinson y Ribas de educación, la Misión Mercal de almacenes de venta de productos básicos, las Barrio Adentro con módulos de salud, buscaron subsanar esos déficits que el candidato Chávez había prometido solucionar desde su primera campaña electoral en 1998. Empezar a cumplir esa promesa le aseguraba en 2003, además, triunfar en el referendo revocatorio del año siguiente (con el 59%) y en la presidencial en 2006 (con el 62%). Esas misiones, sin embargo, no fueron la panacea. Hicieron y todavía hacen agua por varios lados. De los 6.712 módulos de Barrio Adentro creados (845 sólo para Caracas), se cree que más de la mitad hoy tienen las puertas cerradas. El personal, en su mayoría médicos cubanos (35.000 habrían sido contratados en nueve años) fue en parte trasladado hacia los 550 Centros de Diagnóstico Integral (CDI), pequeñas clínicas que tienen desde atención de urgencia y primeros auxilios, hasta una terapia intensiva básica, pasando por equipos de resonancia magnética, tomografía y videoendoscopía. Tengo 23 años, soy supervisor en una empresa de telefonía, estoy afiliado al PSUV, estudio en la Universidad Nueva Profesión y me trato aquí por el asma», dice Israel Rodríguez a esta enviada. Estamos en la sala de espera, pulcrísima, del CDI Amelia Blanco en el vecindario de Santa Rosa, de clase media en el centro de Caracas. «Fíjate», dice, «Chávez me lo dio todo: educación, salud y trabajo», resume. Destinamos en catorce años 300.000 millones de dólares a planes y ayuda social», anunció Chávez en plena campaña electoral. Esa millonada incluye, además, alimentos básicos subsidiados en el Mercal (Misión Alimentaria y su clon y seguidora, PDVAL -mercados populares administrados por la magnánima PDVSA-) en los que en los días que abren sus puertas (no siempre) las ventas se hacen racionadas. Da trabajo encontrar mercadería, pero ahora podemos ir también a un Bicentenario», dice Margarita Ponte a Ámbito Financiero en referencia a la excadena de supermercados Éxito (de la francesa Casino), expropiada por Chávez hace dos años. Margarita es una de las damnificadas por los deslaves de 2010 y estrenó hace tres meses uno de los departamentos del Proyecto Integral Santa Rosa construidos por la Gran Misión Vivienda Venezuela, sobre la avenida Libertador, en el centro caraqueño. La GMVV fue lanzada en 2011, de cara a la última presidencial. En un país cuyo déficit habitacional es de 2,2 millones de viviendas, Chávez prometió construir en dos años, 350.000. A la elección llegó con menos de la mitad; no obstante, igualmente prometió que la GMVV construirá ahora para la clase media. Tengo 64 años y Chávez nos entiende», dice esta mujer que trabaja en una Misión Simoncito (jardín de infantes) por un sueldo de 700 bolívares (la mitad del básico) «que a veces ni llega. Logros aparte, ante tantos baches y fallas de la llamada revolución, ¿por qué entonces Chávez sigue reteniendo su piso electoral intacto?. Es la primera vez que alguien hace sentir a los pobres que Miraflores se ocupa de ellos», dice a este diario Jesús Seguias, consultor político y director de DatinCorp. «Chávez tiene lo que ningún opositor todavía logró reunir: carisma, liderazgo, conexión con la gente, y hacerla sentir emponderada, partícipe de su propio destino». Eso, en lo que atañe al corazón. «Desde lo práctico, y allí radica su fortaleza frente a otras fuerzas políticas, Chávez delegó en el PSUV y sus punteros barriales el control de la política de las misiones y la distribución de esos recursos, agrega.Seguias prosigue: «El pueblo no le echa culpa nunca a Chávez». Hábilmente, a través de sus discursos o los programas «Aló, Presidente», supo desmarcarse y transferir los errores a sus ministros y colaboradores. Por eso, catorce años después, el hechizo sigue intacto.

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