22 may 2014

16 AÑOS DE PRISIÓN PARA UN VECINO DE CONCEPCIÓN

Un hombre irá 16 años a prisión por intentar matar a su ex esposa
La querella cuestionó que el caso no se haya tratado como violencia de género.
Antonio Omar Ibarra fue condenado ayer a 16 años de prisión por haber agredido a dos mujeres en Concepción. El delito que se le imputaba ocurrió el 10 de diciembre de 2011. Esa madrugada, Ibarra atacó a balazos a Susana Beatriz Medina, ex pareja del agresor, y a María Lidia Frizza, una amiga de ella. Cuando sucedió el ataque, ambas mujeres tenían 47 años y regresaban a la casa de Frizza, ubicada en la calle Juangorena al 1.800 de esta ciudad, según explicaron los investigadores de la Policía en esa ocasión. Por causa de las heridas que sufrió, Medina estuvo internada en grave estado durante varios meses.
Ataque a quemarropa
Ibarra tenía 49 años cuando perpetró el ataque contra Medina. Vivía en el barrio El Potrero y, según la Policía, se ocultó frente a la casa para aguardar que la víctima regresara. Alrededor de las 2, las dos mujeres llegaron a la vivienda. En ese momento, el agresor se abalanzó contra la víctima y mantuvieron una acalorada discusión. En esa primera versión de los hechos, los investigadores sostuvieron que el hombre estaba muy molesto porque ella había decidido terminar con una relación sentimental que habían mantenido durante varios meses. En ese informe oficial, se explicaba que luego de algunos minutos las dos mujeres intentaron ingresar a la vivienda. Pero, en ese instante, se convirtieron en el blanco del agresor que les descargó el tambor de un revólver calibre 32, causándoles lesiones de distinta gravedad. Los vecinos, alertados por los disparos y los gritos de las víctimas, salieron a ver lo que había sucedido. Medina yacía tirada en el piso en medio de un charco de sangre, mientras que Frizza, herida y presa de un shock nervioso, pedía a gritos auxilio. Ibarra se dio a la fuga. Después de esto, la Policía identificó al atacante y lo detuvo en el barrio en el que vivía. Medina fue derivada al Hospital Padilla de la capital, donde quedó internada en terapia intensiva con un pronóstico crítico. A pesar de las heridas, Frizza quedó fuera de peligro y fue internada en el hospital de Concepción. A pesar de las graves heridas que sufrió Medina, logró recuperarse y escuchar la sentencia que el martes dictaron los jueces Carlos Jesús Pellegri, Diego Vital Graneros y Raquel Ferreyra Asís. A pesar de esto, según una de las representantes legales de la querella, la condena no fue la que esperaban.
Sin visión de género
La defensora oficial, Carolina Ballesteros, intervino en este debate oral como querellante en representación de Frizza. Y, según explicó, en la condena dispuesta por el tribunal no se contemplaron las características de violencia de género que caracterizaron este caso. “La causa llegó a juicio caraturalada como tentativa de homicidio agravada por el vínculo. Y en mi alegato solicité que Ibarra reciba una condena de 24 años de prisión, que ni siquiera es la pena máxima para este delito. Pero los jueces se inclinaron por la acusación del fiscal Ramón Enrique Rojas,que solicitó el mínimo de la pena. Y, aunque yo no haya estado de acuerdo, el pedido de los fiscales muchas veces condiciona al tribunal”, señaló Ballesteros. En este marco, la letrada dijo que Medina estuvo casada con Ibarra. Sin embargo, en el momento del ataque llevaban mucho tiempo separados. Además remarcó que el agresor venía amenazando y persiguiendo a su ex esposa desde hacía varios meses. “Una jueza había ordenado la prohibición de acercamiento en contra de Ibarra, pero esa noche él violó esa orden judicial para atacar a Medina”, continuó. De acuerdo con Ballesteros, Ibarra disparó contra las víctimas sin mediar palabra alguna. Y, según explicó, le hizo tres disparos a cada una de ellas. A su vez, dijo que a Frizza le hizo dos disparos en la cabeza y uno en el pecho, mientras que a Medina le disparó tres veces en la cabeza.
“El tribunal y el fiscal no consideraron que este ataque se produjo por la condición de mujer de la víctima. Como estaban divorciados, Medina había presentado una demanda para que le embargaran sus haberes. Sin embargo, la defensa del imputado y el fiscal consideraron que -en realidad- Ibarra actuó bajo una emoción violenta porque le tocaron el bolsillo. Incluso usaron ese planteo como un atenuante para el pedido de la condena. Es incomprensible que no hayan considerado este caso dentro de la legislación por violencia de Género”, concluyó la abogada.
Graves secuelas luego del ataque
Susana Beatriz Medina, ex esposa del condenado, trabajaba como docente cuando fue atacada por Antonio Ibarra. Como recibió tres balazos en la cabeza, según la abogada Carolina Ballesteros, tuvo secuelas que la obligaron a tener que jubilarse por invalidez. Como consecuencia de estas heridas, Medina tiene dificultades en el habla y en la memoria.

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