Mauricio Macri parece dispuesto a efectuar cambios hasta en los temas menos pensados. A menos de una semana de que reemplazara a Cristina Kirchner en el Sillón de Rivadavia, el nuevo presidente dispuso instalar oficinas de trabajo en el Salón de las Mujeres Argentinas del Bicentenario de la Casa Rosada, un lugar emblemático de la era kirchnerista donde Cristina solía transmitir actos oficiales por cadena nacional. Pero con la decisión del presidente, el público ya no podría apreciar los cuadros de reconocidas mujeres como Mercedes Sosa (Cantora), Cecilia Grierson (la primera médica y enfermera argentina), Mariquita Sánchez de Thompson (patriota argentina), “Blackie” Paloma Efron (conductora televisiva), “Evita” (política feminista y esposa del ex presidente Juan Domingo Perón), Juana Azurduy (libertadora), Victoria Ocampo (escritora), Alfonsina Storni (escritora), Aimé Paine (dirigente mapuche), “Tita” Merello (actriz y cantante), Alicia Moreau de Justo (dirigente socialista), Lola Mora (escultora) y otro de las Madres de Plaza de Mayo (organización por los derechos humanos).Tan es así que la diputada nacional Diana Conti (Frente para la Victoria) alzó su voz en contra y presentó un proyecto de resolución para que la Cámara baja le pida formalmente a Macri rever la decisión. “La Cámara de Diputados resuelve solicitar al Poder Ejecutivo Nacional la conservación del Salón de las Mujeres Argentinas de la Casa Rosada sin modificación alguna”, reza la iniciativa. Conti fundamentó su propuesta señalando que “dicho salón ha constituido no sólo el lugar emblemático de la señora presidenta mandato cumplido Cristina Fernández de Kirchner para sus actuaciones públicas como mandataria, sino -asimismo- un símbolo del reconocimiento a nuestras valiosas mujeres y en ellas, el de todas
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