“Uno ya no puede salir a trabajar para mantener a la familia porque no sabe si va a volver”
Dos delincuentes, que simularon ser pasajeros, le dieron un machetazo a un colectivero de la Línea 6 para robarle y le cortaron un dedo. Los ladrones lo atacaron cuando avanzaban por el barrio Casino, el jueves a la noche. Lo golpearon y le dieron un culatazo
“Es un segundo. Uno piensa tantas cosas en ese momento... trata de quedarse quieto y que pase rápido”. Así recuerda Nelson Barrozo el traumático asalto que sufrió el jueves a la noche cuando conducía un interno de la Línea 6. Esos segundos eternos lo marcaron para siempre, no por lo que le robaron sino porque los delincuentes actuaron con tal violencia que le amputaron un dedo de un machetazo.
Barrozo, que tiene 37 años, ni siquiera sospechó que dos de los pasajeros a quienes trasladaba lo asaltaría. Eran las 23.10 y el colectivo avanzaba por la zona del Pozo de Vargas, donde finaliza el recorrido. Allí el chofer advirtió que sólo dos personas seguían en el ómnibus. “Iban como pasajeros, nunca me percaté de nada. Para mí, era gente que venía de trabajar porque llevaban unos bolsitos. Cuando llegué a San José les pregunté si seguían el recorrido y me dijeron que iban hasta el barrio Casino. Unos 100 metros más adelante se levantaron, uno sacó un arma y otro sacó un machete. Me dijeron que siga, que no haga nada raro porque me iban a matar”, relató el chofer.
Aterrorizado, Barrozo avanzó 200 metros más. “Me hicieron ingresar al barrio Casino. Me revisaron entero y me sacaron la billetera; les pedí que no se la lleven porque sólo tenía documentos y el carnet de manejo”, contó. Pero la súplica del chofer enfureció a los ladrones, quienes le ordenaron que permanezca callado y lo golpearon. Uno de los asaltantes le pegó una trompada en la cara y el otro le propinó un culatazo en la cabeza. Después le quitaron el celular, un bolso pequeño con sus pertenencias y hasta arrancaron el estéreo del ómnibus. “Se bajó primero el del arma y, cuando el otro se estaba por bajar, me quise enderezar en el asiento y me largó un machetazo. Estiré el brazo para atajarme y me dio en el dedo”, explicó Barrozo, quien en ese instante no advirtió la gravedad de la herida. El filo del machete le había amputado el dedo índice de la mano izquierda. “El dedo voló y en ese momento no me di cuenta de buscarlo”, lamentó el chofer.
Herido, Barrozo condujo hasta los talleres de la Línea 6, que funcionan en la avenida Independencia al 2.500. Allí sus compañeros lo auxiliaron y lo llevaron a un sanatorio.
Susto y dolor
“Uno no puede salir a trabajar tranquilo para mantener a la familia porque no sabe si va a volver”, reflexionó el chofer. “Ahora hay que seguir trabajando; cómo, no sé. Con el apoyo de la familia creo que lo podemos superar. Tengo que seguir criando a mi hija y si no trabajo no tenemos para comer”, agregó, consternado.
Además de un tremendo susto, a Barrozo le quedó un profundo dolor. Según explicó, el dolor no es tanto físico como anímico. “Busco tocarme el dedo todo el tiempo, psicológicamente para mí está el dedo. Salgo a la calle con vergüenza porque me falta el dedo y se nota muchísimo. Va a ser complicado superarlo”, dijo el chofer asaltado, que ayer intentaba reponerse en su casa junto a su esposa y su hija.
En cuanto a la investigación del caso, la Policía se puso en contacto con Barrozo y le pidió que aportara datos para tratar de elaborar un retrato hablado de los delincuentes. Pero el chofer no recuerda demasiados detalles. “Es complicado hacer un identikit porque iba manejando, mirando hacia adelante, no les presté atención a sus caras”, explicó el chofer, quien sólo pudo estimar que los ladrones tendrían entre 25 y 30 años.
Dos delincuentes, que simularon ser pasajeros, le dieron un machetazo a un colectivero de la Línea 6 para robarle y le cortaron un dedo. Los ladrones lo atacaron cuando avanzaban por el barrio Casino, el jueves a la noche. Lo golpearon y le dieron un culatazo
“Es un segundo. Uno piensa tantas cosas en ese momento... trata de quedarse quieto y que pase rápido”. Así recuerda Nelson Barrozo el traumático asalto que sufrió el jueves a la noche cuando conducía un interno de la Línea 6. Esos segundos eternos lo marcaron para siempre, no por lo que le robaron sino porque los delincuentes actuaron con tal violencia que le amputaron un dedo de un machetazo.
Barrozo, que tiene 37 años, ni siquiera sospechó que dos de los pasajeros a quienes trasladaba lo asaltaría. Eran las 23.10 y el colectivo avanzaba por la zona del Pozo de Vargas, donde finaliza el recorrido. Allí el chofer advirtió que sólo dos personas seguían en el ómnibus. “Iban como pasajeros, nunca me percaté de nada. Para mí, era gente que venía de trabajar porque llevaban unos bolsitos. Cuando llegué a San José les pregunté si seguían el recorrido y me dijeron que iban hasta el barrio Casino. Unos 100 metros más adelante se levantaron, uno sacó un arma y otro sacó un machete. Me dijeron que siga, que no haga nada raro porque me iban a matar”, relató el chofer.
Aterrorizado, Barrozo avanzó 200 metros más. “Me hicieron ingresar al barrio Casino. Me revisaron entero y me sacaron la billetera; les pedí que no se la lleven porque sólo tenía documentos y el carnet de manejo”, contó. Pero la súplica del chofer enfureció a los ladrones, quienes le ordenaron que permanezca callado y lo golpearon. Uno de los asaltantes le pegó una trompada en la cara y el otro le propinó un culatazo en la cabeza. Después le quitaron el celular, un bolso pequeño con sus pertenencias y hasta arrancaron el estéreo del ómnibus. “Se bajó primero el del arma y, cuando el otro se estaba por bajar, me quise enderezar en el asiento y me largó un machetazo. Estiré el brazo para atajarme y me dio en el dedo”, explicó Barrozo, quien en ese instante no advirtió la gravedad de la herida. El filo del machete le había amputado el dedo índice de la mano izquierda. “El dedo voló y en ese momento no me di cuenta de buscarlo”, lamentó el chofer.
Herido, Barrozo condujo hasta los talleres de la Línea 6, que funcionan en la avenida Independencia al 2.500. Allí sus compañeros lo auxiliaron y lo llevaron a un sanatorio.
Susto y dolor
“Uno no puede salir a trabajar tranquilo para mantener a la familia porque no sabe si va a volver”, reflexionó el chofer. “Ahora hay que seguir trabajando; cómo, no sé. Con el apoyo de la familia creo que lo podemos superar. Tengo que seguir criando a mi hija y si no trabajo no tenemos para comer”, agregó, consternado.
Además de un tremendo susto, a Barrozo le quedó un profundo dolor. Según explicó, el dolor no es tanto físico como anímico. “Busco tocarme el dedo todo el tiempo, psicológicamente para mí está el dedo. Salgo a la calle con vergüenza porque me falta el dedo y se nota muchísimo. Va a ser complicado superarlo”, dijo el chofer asaltado, que ayer intentaba reponerse en su casa junto a su esposa y su hija.
En cuanto a la investigación del caso, la Policía se puso en contacto con Barrozo y le pidió que aportara datos para tratar de elaborar un retrato hablado de los delincuentes. Pero el chofer no recuerda demasiados detalles. “Es complicado hacer un identikit porque iba manejando, mirando hacia adelante, no les presté atención a sus caras”, explicó el chofer, quien sólo pudo estimar que los ladrones tendrían entre 25 y 30 años.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario