El Gobierno de Cristina Kirchner dejó 4 millones de niños pobres, según Unicef
Tres de cada 10 chicos argentinos vivía en la pobreza a fines de 2015, de los cuales 1,1 millón subsistía en las condiciones más extremas.
Un informe de Unicef revela que a fines de 2015, en la última etapa del gobierno de Cristina Kirchner, había en la Argentina 4 millones de niños sumidos en la pobreza, lo que representa tres de cada 10 chicos. Entre los menores afectados, 1,1 millón de niños vivía entonces en la pobreza más extrema, detalla el informe.
Los datos se desprenden de un documento elaborado por Unicef Argentina en base a datos oficiales y a una metodología multidimensional de la pobreza, que no se construye en el cruce entre ingresos y una canasta de consumo, sino en la detección de 28 privaciones. Estos indicadores van desde la nutrición de los niños hasta la exposición a la violencia, destaca La Nación.
De acuerdo al informe, el 30,2% de las chicas y chicos de entre 0 y 17 años del país era pobre a fines del año pasado y un 8,4% es extremadamente pobre. Los primeros sufren un promedio de 5,7 privaciones, mientras que los segundos, 8 privaciones.
Los 28 indicadores se agrupan, explicaron los autores del informe, en 10 dimensiones asociadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Convención sobre los Derechos del Niño: nutrición, salud, educación, información, saneamiento, vivienda, ambiente, violencia, trabajo y juego e interacción.
Jorge Paz, Sebastián Waisgrais y Javier Curcio -autores del trabajo- explicaron que esta pobreza núcleo se mantuvo estable en el tiempo, con una reducción entre 2005 y 2010, y un avance en los últimos cinco años.
Desde fines de diciembre, el nuevo Indec de Mauricio Macri no difunde índices de pobreza e indigencia. El primero se dará a conocer el 28 de septiembre, según el calendario del organismo. Una semana antes (el 22 de ese mes) se publicarán las canastas básica y alimentaria. No será un dato multidimensional sino uno basado en los ingresos.
El último dato alternativo sobre la pobreza lo entregó la UCA a comienzos de abril. Estimó que a fines de 2015 había en el país un 29% de pobres. Además señaló que las primeras medidas del actual gobierno (devaluación) habían impulsado a 1,4 millón de argentinos a la pobreza. La universidad también difundió un índice multidimensional: según ese índice, más de la mitad de los argentinos sufre alguna carencia o privación.
"La situación más compleja se da de los 0 a los 5 años, en la primera infancia", afirmó Waisgras, especialista en monitoreo y evaluación de programas de Unicef. "Las probabilidades de caer en la pobreza o de sufrir más privaciones están muy relacionadas a la situación laboral de cada cabeza de hogar. Impacta mucho la inestabilidad laboral y si se trata o no de un asalariado registrado", agregó Paz. Esas probabilidades aumentan 3,4 veces en estos casos.
La educación también es un factor clave a la hora de definir la pobreza multidimensional. Según Waisgras, hay 11 veces más de probabilidades de que una persona caiga en la pobreza cuando el jefe de hogar no terminó la primaria. También hay una consideración regional, que es clave. La probabilidad de ser pobre de un niño que reside en el noroeste argentino es 6,5 veces más alto que la de un niño que vive en la Ciudad de Buenos Aires.
"Cuando se mira sólo la pobreza por ingresos se deja afuera de las mediciones a uno de cada cinco chicos", justificó Wiasgrais. De acuerdo con la medición de Unicef, las privaciones en información (acceso a Internet, TV, teléfono fijo y móvil, computadora), protección contra la violencia doméstica, salud y tiempo para jugar son, en ese orden, las más significativas en la Argentina. Esas cuatro dimensiones explican un poco más del 63% de la pobreza.
Un informe de Unicef revela que a fines de 2015, en la última etapa del gobierno de Cristina Kirchner, había en la Argentina 4 millones de niños sumidos en la pobreza, lo que representa tres de cada 10 chicos. Entre los menores afectados, 1,1 millón de niños vivía entonces en la pobreza más extrema, detalla el informe.
Los datos se desprenden de un documento elaborado por Unicef Argentina en base a datos oficiales y a una metodología multidimensional de la pobreza, que no se construye en el cruce entre ingresos y una canasta de consumo, sino en la detección de 28 privaciones. Estos indicadores van desde la nutrición de los niños hasta la exposición a la violencia, destaca La Nación.
De acuerdo al informe, el 30,2% de las chicas y chicos de entre 0 y 17 años del país era pobre a fines del año pasado y un 8,4% es extremadamente pobre. Los primeros sufren un promedio de 5,7 privaciones, mientras que los segundos, 8 privaciones.
Los 28 indicadores se agrupan, explicaron los autores del informe, en 10 dimensiones asociadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Convención sobre los Derechos del Niño: nutrición, salud, educación, información, saneamiento, vivienda, ambiente, violencia, trabajo y juego e interacción.
Jorge Paz, Sebastián Waisgrais y Javier Curcio -autores del trabajo- explicaron que esta pobreza núcleo se mantuvo estable en el tiempo, con una reducción entre 2005 y 2010, y un avance en los últimos cinco años.
Desde fines de diciembre, el nuevo Indec de Mauricio Macri no difunde índices de pobreza e indigencia. El primero se dará a conocer el 28 de septiembre, según el calendario del organismo. Una semana antes (el 22 de ese mes) se publicarán las canastas básica y alimentaria. No será un dato multidimensional sino uno basado en los ingresos.
El último dato alternativo sobre la pobreza lo entregó la UCA a comienzos de abril. Estimó que a fines de 2015 había en el país un 29% de pobres. Además señaló que las primeras medidas del actual gobierno (devaluación) habían impulsado a 1,4 millón de argentinos a la pobreza. La universidad también difundió un índice multidimensional: según ese índice, más de la mitad de los argentinos sufre alguna carencia o privación.
Primera infancia
"La situación más compleja se da de los 0 a los 5 años, en la primera infancia", afirmó Waisgras, especialista en monitoreo y evaluación de programas de Unicef. "Las probabilidades de caer en la pobreza o de sufrir más privaciones están muy relacionadas a la situación laboral de cada cabeza de hogar. Impacta mucho la inestabilidad laboral y si se trata o no de un asalariado registrado", agregó Paz. Esas probabilidades aumentan 3,4 veces en estos casos.
La educación también es un factor clave a la hora de definir la pobreza multidimensional. Según Waisgras, hay 11 veces más de probabilidades de que una persona caiga en la pobreza cuando el jefe de hogar no terminó la primaria. También hay una consideración regional, que es clave. La probabilidad de ser pobre de un niño que reside en el noroeste argentino es 6,5 veces más alto que la de un niño que vive en la Ciudad de Buenos Aires.
"Cuando se mira sólo la pobreza por ingresos se deja afuera de las mediciones a uno de cada cinco chicos", justificó Wiasgrais. De acuerdo con la medición de Unicef, las privaciones en información (acceso a Internet, TV, teléfono fijo y móvil, computadora), protección contra la violencia doméstica, salud y tiempo para jugar son, en ese orden, las más significativas en la Argentina. Esas cuatro dimensiones explican un poco más del 63% de la pobreza.
Tres de cada 10 chicos argentinos vivía en la pobreza a fines de 2015, de los cuales 1,1 millón subsistía en las condiciones más extremas.
Un informe de Unicef revela que a fines de 2015, en la última etapa del gobierno de Cristina Kirchner, había en la Argentina 4 millones de niños sumidos en la pobreza, lo que representa tres de cada 10 chicos. Entre los menores afectados, 1,1 millón de niños vivía entonces en la pobreza más extrema, detalla el informe.
Los datos se desprenden de un documento elaborado por Unicef Argentina en base a datos oficiales y a una metodología multidimensional de la pobreza, que no se construye en el cruce entre ingresos y una canasta de consumo, sino en la detección de 28 privaciones. Estos indicadores van desde la nutrición de los niños hasta la exposición a la violencia, destaca La Nación.
De acuerdo al informe, el 30,2% de las chicas y chicos de entre 0 y 17 años del país era pobre a fines del año pasado y un 8,4% es extremadamente pobre. Los primeros sufren un promedio de 5,7 privaciones, mientras que los segundos, 8 privaciones.
Los 28 indicadores se agrupan, explicaron los autores del informe, en 10 dimensiones asociadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Convención sobre los Derechos del Niño: nutrición, salud, educación, información, saneamiento, vivienda, ambiente, violencia, trabajo y juego e interacción.
Jorge Paz, Sebastián Waisgrais y Javier Curcio -autores del trabajo- explicaron que esta pobreza núcleo se mantuvo estable en el tiempo, con una reducción entre 2005 y 2010, y un avance en los últimos cinco años.
Desde fines de diciembre, el nuevo Indec de Mauricio Macri no difunde índices de pobreza e indigencia. El primero se dará a conocer el 28 de septiembre, según el calendario del organismo. Una semana antes (el 22 de ese mes) se publicarán las canastas básica y alimentaria. No será un dato multidimensional sino uno basado en los ingresos.
El último dato alternativo sobre la pobreza lo entregó la UCA a comienzos de abril. Estimó que a fines de 2015 había en el país un 29% de pobres. Además señaló que las primeras medidas del actual gobierno (devaluación) habían impulsado a 1,4 millón de argentinos a la pobreza. La universidad también difundió un índice multidimensional: según ese índice, más de la mitad de los argentinos sufre alguna carencia o privación.
"La situación más compleja se da de los 0 a los 5 años, en la primera infancia", afirmó Waisgras, especialista en monitoreo y evaluación de programas de Unicef. "Las probabilidades de caer en la pobreza o de sufrir más privaciones están muy relacionadas a la situación laboral de cada cabeza de hogar. Impacta mucho la inestabilidad laboral y si se trata o no de un asalariado registrado", agregó Paz. Esas probabilidades aumentan 3,4 veces en estos casos.
La educación también es un factor clave a la hora de definir la pobreza multidimensional. Según Waisgras, hay 11 veces más de probabilidades de que una persona caiga en la pobreza cuando el jefe de hogar no terminó la primaria. También hay una consideración regional, que es clave. La probabilidad de ser pobre de un niño que reside en el noroeste argentino es 6,5 veces más alto que la de un niño que vive en la Ciudad de Buenos Aires.
"Cuando se mira sólo la pobreza por ingresos se deja afuera de las mediciones a uno de cada cinco chicos", justificó Wiasgrais. De acuerdo con la medición de Unicef, las privaciones en información (acceso a Internet, TV, teléfono fijo y móvil, computadora), protección contra la violencia doméstica, salud y tiempo para jugar son, en ese orden, las más significativas en la Argentina. Esas cuatro dimensiones explican un poco más del 63% de la pobreza.
Un informe de Unicef revela que a fines de 2015, en la última etapa del gobierno de Cristina Kirchner, había en la Argentina 4 millones de niños sumidos en la pobreza, lo que representa tres de cada 10 chicos. Entre los menores afectados, 1,1 millón de niños vivía entonces en la pobreza más extrema, detalla el informe.
Los datos se desprenden de un documento elaborado por Unicef Argentina en base a datos oficiales y a una metodología multidimensional de la pobreza, que no se construye en el cruce entre ingresos y una canasta de consumo, sino en la detección de 28 privaciones. Estos indicadores van desde la nutrición de los niños hasta la exposición a la violencia, destaca La Nación.
De acuerdo al informe, el 30,2% de las chicas y chicos de entre 0 y 17 años del país era pobre a fines del año pasado y un 8,4% es extremadamente pobre. Los primeros sufren un promedio de 5,7 privaciones, mientras que los segundos, 8 privaciones.
Los 28 indicadores se agrupan, explicaron los autores del informe, en 10 dimensiones asociadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Convención sobre los Derechos del Niño: nutrición, salud, educación, información, saneamiento, vivienda, ambiente, violencia, trabajo y juego e interacción.
Jorge Paz, Sebastián Waisgrais y Javier Curcio -autores del trabajo- explicaron que esta pobreza núcleo se mantuvo estable en el tiempo, con una reducción entre 2005 y 2010, y un avance en los últimos cinco años.
Desde fines de diciembre, el nuevo Indec de Mauricio Macri no difunde índices de pobreza e indigencia. El primero se dará a conocer el 28 de septiembre, según el calendario del organismo. Una semana antes (el 22 de ese mes) se publicarán las canastas básica y alimentaria. No será un dato multidimensional sino uno basado en los ingresos.
El último dato alternativo sobre la pobreza lo entregó la UCA a comienzos de abril. Estimó que a fines de 2015 había en el país un 29% de pobres. Además señaló que las primeras medidas del actual gobierno (devaluación) habían impulsado a 1,4 millón de argentinos a la pobreza. La universidad también difundió un índice multidimensional: según ese índice, más de la mitad de los argentinos sufre alguna carencia o privación.
Primera infancia
"La situación más compleja se da de los 0 a los 5 años, en la primera infancia", afirmó Waisgras, especialista en monitoreo y evaluación de programas de Unicef. "Las probabilidades de caer en la pobreza o de sufrir más privaciones están muy relacionadas a la situación laboral de cada cabeza de hogar. Impacta mucho la inestabilidad laboral y si se trata o no de un asalariado registrado", agregó Paz. Esas probabilidades aumentan 3,4 veces en estos casos.
La educación también es un factor clave a la hora de definir la pobreza multidimensional. Según Waisgras, hay 11 veces más de probabilidades de que una persona caiga en la pobreza cuando el jefe de hogar no terminó la primaria. También hay una consideración regional, que es clave. La probabilidad de ser pobre de un niño que reside en el noroeste argentino es 6,5 veces más alto que la de un niño que vive en la Ciudad de Buenos Aires.
"Cuando se mira sólo la pobreza por ingresos se deja afuera de las mediciones a uno de cada cinco chicos", justificó Wiasgrais. De acuerdo con la medición de Unicef, las privaciones en información (acceso a Internet, TV, teléfono fijo y móvil, computadora), protección contra la violencia doméstica, salud y tiempo para jugar son, en ese orden, las más significativas en la Argentina. Esas cuatro dimensiones explican un poco más del 63% de la pobreza.
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