“No he sido invitado al acto”, explicó el intendente Amaya
Criticó el nepotismo y las “mezquindades”. Dos hechos políticos de relevancia se produjeron ayer en Tucumán, pero el intendente y aspirante a la gobernación, Domingo Amaya, no estuvo en ninguno de ellos. Ausente de los actos en los que Daniel Scioli fue el protagonista y en la asunción de Ramón Cano como presidente del Concejo Deliberante de la Capital, Amaya encabezó una ceremonia de Educación Vial en las Escuelas. Allí, aprovechó para criticar al alperovichismo y para explicar por qué no se reunió con el gobernador bonaerense. “No he sido invitado al acto. No voy a estar. Con Daniel tengo una amistad personal de años, no hace falta que venga a un acto político para juntarme y conversar. Me tiene sin cuidado”, dijo. Añadió que no me molestó no haber sido invitado. “Son cosas que pasan con las mezquindades políticas. Nosotros estamos con la gente y eso nos llena de alegría. Ayer (por el domingo) estuvimos en Aguilares y creo que había 12.000 personas en mi pueblo natal. A la noche estuvimos en Lules, el sábado caminamos Yerba Buena para escuchar los problema de la gente. Siempre digo que es muy difícil en la política que haya madurez. Hay mucho individualismo. Creo que la gente conoce este tema y va a saber votar bien en 2015”, sostuvo. “Hay que empezar a madurar políticamente y no personalizar la política. Eso hace daño. En la política nosotros los tucumanos no debemos sentirnos enemigos del otro. Tucumán debe ser una gran familia. Que la política no nos divida. En algún momento tenemos que sentarnos todos en una gran mesa y pensar en Tucumán. Hay que encarar un proyecto de Tucumán de 30 o 40 años. No podemos seguir gobernando en el día a día, no podemos seguir haciendo cordón cuneta, que eso no es lo que más le preocupa o necesita la gente”, añadió en una clara alusión a las obras públicas que encara el alperovichismo. Luego, Amaya explicó que no personaliza ni ataca a nadie directamente cuando habla de política, pero lanzó: “cuando digo que hay que combatir el nepotismo, hay que hacerlo. No estoy de acuerdo con los políticos que llegan al poder y lo primero que hacen es nombrar a las mujeres, a los hermanos, a los hijos. No estoy de acuerdo con ello. Voy a combatir ello y voy a decirlo a los gritos, se moleste quien se moleste”.
Criticó el nepotismo y las “mezquindades”. Dos hechos políticos de relevancia se produjeron ayer en Tucumán, pero el intendente y aspirante a la gobernación, Domingo Amaya, no estuvo en ninguno de ellos. Ausente de los actos en los que Daniel Scioli fue el protagonista y en la asunción de Ramón Cano como presidente del Concejo Deliberante de la Capital, Amaya encabezó una ceremonia de Educación Vial en las Escuelas. Allí, aprovechó para criticar al alperovichismo y para explicar por qué no se reunió con el gobernador bonaerense. “No he sido invitado al acto. No voy a estar. Con Daniel tengo una amistad personal de años, no hace falta que venga a un acto político para juntarme y conversar. Me tiene sin cuidado”, dijo. Añadió que no me molestó no haber sido invitado. “Son cosas que pasan con las mezquindades políticas. Nosotros estamos con la gente y eso nos llena de alegría. Ayer (por el domingo) estuvimos en Aguilares y creo que había 12.000 personas en mi pueblo natal. A la noche estuvimos en Lules, el sábado caminamos Yerba Buena para escuchar los problema de la gente. Siempre digo que es muy difícil en la política que haya madurez. Hay mucho individualismo. Creo que la gente conoce este tema y va a saber votar bien en 2015”, sostuvo. “Hay que empezar a madurar políticamente y no personalizar la política. Eso hace daño. En la política nosotros los tucumanos no debemos sentirnos enemigos del otro. Tucumán debe ser una gran familia. Que la política no nos divida. En algún momento tenemos que sentarnos todos en una gran mesa y pensar en Tucumán. Hay que encarar un proyecto de Tucumán de 30 o 40 años. No podemos seguir gobernando en el día a día, no podemos seguir haciendo cordón cuneta, que eso no es lo que más le preocupa o necesita la gente”, añadió en una clara alusión a las obras públicas que encara el alperovichismo. Luego, Amaya explicó que no personaliza ni ataca a nadie directamente cuando habla de política, pero lanzó: “cuando digo que hay que combatir el nepotismo, hay que hacerlo. No estoy de acuerdo con los políticos que llegan al poder y lo primero que hacen es nombrar a las mujeres, a los hermanos, a los hijos. No estoy de acuerdo con ello. Voy a combatir ello y voy a decirlo a los gritos, se moleste quien se moleste”.
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