Alperovich decidió acompañar al presidente del Concejo cuando supo que Amaya no asistiría. Las diferencias políticas entre el gobernador y el intendente de la capital quedaron evidenciadas ayer con las actitudes de ambos mandatarios. Mientras Alperovich decidió sobre la marcha asistir a la asunción del edil alperovichista Ramón Cano, Amaya directamente no participó del mitin. La presencia del radical José Cano en el recinto sorprendió a propios y extraños. Que voy. Que no voy. Que sí voy. El domingo por la noche, desde la Secretaría de Información Pública consignaron que el gobernador, José Alperovich, había decidido no concurrir a la asunción del alperovichista Ramón Cano al frente del Concejo Deliberante. Pero ayer a las 9, una hora antes de que comenzara el acto, el mandatario decidió que sí acompañaría al peronista que preside el cuerpo desde 2004. ¿Cuál fue el motivo del golpe de timón? Desde el amayismo sostienen que Alperovich cambió sus planes porque se enteró de que el intendente, Domingo Amaya, no asistiría al convite. Hipótesis que luego fue desechada por el propio gobernador. Lo concreto es que, a 10 meses de los comicios provinciales, la novela política y entre el alperovichismo y el amayismo promete escribir nuevos capítulos. El domingo, el intendente de la capital y su equipo de colaboradores ya habían resuelto que no concurrirían al mitin. Durante una charla, en la mesa chica del amayismo habían coincidido en que no era conveniente mostrarse junto a Alperovich, precisamente ahora que es cuando el jefe municipal puso en marcha la fase de diferenciación con el titular del PE, con vistas a los comicios del próximo año. Ayer, Alperovich ingresó las 10.51 al recinto de sesiones. En vez de dirigirse hacia una escuela de Campo Norte como originalmente lo tenía planeado, el mandatario modificó el rumbo hacia el edificio de San Martín y Monteagudo. Pero no llegó solo. Una comitiva de unas 15 personas lo acompañó hasta el estrado donde se ubica el presidente del cuerpo. Por detrás de él ingresaron Juan Manzur (ministro de Salud de la Nación), Osvaldo Jaldo (ministro del Interior), Silvia Rojkés (ministra de Educación), Pablo Yedlin (ministro de Salud), Jorge Gassenbauer (ministro de Gobierno y Seguridad), Sergio Mansilla (senador nacional),Guillermo Gassenbauer (legislador provincial) y Roberto Jiménez (secretario de Trabajo). Luego, los ultraalperovichistas se ubicaron en el sector de invitados. El prosecretario administrativo del Concejo, y uno de los armadores de la candidatura a gobernador de Manzur,José Cúneo Vergés, se ubicó también junto a los funcionarios que integran el gabinete provincial. En las adyacencias del recinto, un millar de punteros que responden al edil Cano cantaban y portaban banderas con el nombre del dirigente oriundo del barrio Echeverría. “Se siente, se siente, Cano intendente”, coreaba una columna, pese a que Alperovich ya había decidido, días atrás, que el delfín que peleará por la Intendencia capitalina será su ministro de Salud. Quizás sea por eso que cuando Alperovich subió al estrado para saludar al Cano lo “estrujó” de un abrazo. Y luego, para coronar el momento de afecto extremo, el titular del PE le estampó un ruidoso beso en la cabeza, de esos que acostumbraba a dar el mandatario al inicio de su gestión. Un clásico “sana, sana” para que la herida del “Flaco” Cano se cure hoy, o bien mañana.
¿Mensaje para Amaya?
Acomodó el micrófono con sus dos manos. Realizó un “paneo” con su cabeza, observó a todos los presentes y lanzó la frase que quedó retumbando en los tímpanos de los amayistas presentes. “Me mantuve leal al proyecto de nuestro gobernador. La lealtad es una palabra corta, pero que tiene mucho significado para mí. La lealtad es el cumplimiento de fidelidad y honor. Una persona de bien debe ser leal a todas las organizaciones y fundamentalmente a su Nación. Estas palabras las mantuve presente durante todo mi mandato”, lanzó Cano. Por suerte -aseguraron luego los amayistas- Amaya no se encontraba en el recinto. Sin nombrarla, la palabra traición sobrevoló en el recinto durante toda la sesión. Luego de recibir una madalla por parte de sus pares -pero fue Alperovich el que se la entregó- Cano le agradeció al primer mandatario el apoyo brindado durante los últimos 10 años. “Hoy voy a dar mi último discurso como presidente. No quiero entrar a hacer política partidaria ni mucho menos, pero estos años me he sentido muy acompañado por mis compañeros de bloque y la oposición. Realmente le quiero agradecer al señor gobernador por permitirme ser parte de su proyecto”, concluyó.
¿Mensaje para Amaya?
Acomodó el micrófono con sus dos manos. Realizó un “paneo” con su cabeza, observó a todos los presentes y lanzó la frase que quedó retumbando en los tímpanos de los amayistas presentes. “Me mantuve leal al proyecto de nuestro gobernador. La lealtad es una palabra corta, pero que tiene mucho significado para mí. La lealtad es el cumplimiento de fidelidad y honor. Una persona de bien debe ser leal a todas las organizaciones y fundamentalmente a su Nación. Estas palabras las mantuve presente durante todo mi mandato”, lanzó Cano. Por suerte -aseguraron luego los amayistas- Amaya no se encontraba en el recinto. Sin nombrarla, la palabra traición sobrevoló en el recinto durante toda la sesión. Luego de recibir una madalla por parte de sus pares -pero fue Alperovich el que se la entregó- Cano le agradeció al primer mandatario el apoyo brindado durante los últimos 10 años. “Hoy voy a dar mi último discurso como presidente. No quiero entrar a hacer política partidaria ni mucho menos, pero estos años me he sentido muy acompañado por mis compañeros de bloque y la oposición. Realmente le quiero agradecer al señor gobernador por permitirme ser parte de su proyecto”, concluyó.
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